

El Estrés: Un Compañero de Evolución que Necesita Ser Comprendido
El Estrés en el Mundo Moderno: ¿Por Qué Nos Afecta Más?


El Estrés: Definición y Función Biológica
Hoy en día, el estrés sigue estando vinculado a situaciones que percibimos como amenazas, pero en muchas ocasiones esas "amenazas" no son inmediatas ni físicas. El estrés que experimentamos por presiones laborales, responsabilidades familiares o problemas financieros puede ser tan intenso como el que vivieron nuestros ancestros frente a un depredador, pero su duración y frecuencia son mucho mayores. Esto lleva a segregar hormonas del estrés durante periodos más prolongados, perdiendo el equilibrio y afectando la salud mental y física a largo plazo.
El estrés es una reacción fisiológica y emocional a los estímulos percibidos como amenazas, conocida como la "respuesta de lucha o huida". Desde un punto de vista neurocientífico, cuando nos enfrentamos a una situación estresante, el cerebro activa el sistema nervioso simpático, liberando hormonas como la adrenalina, el cortisol y la noradrenalina, que nos preparan para una reacción rápida. Este mecanismo, que en nuestros ancestros se activaba ante depredadores o situaciones de peligro inmediato, sigue presente en nuestra biología.
El estrés es una respuesta natural y esencial que ha acompañado al hombre desde su existencia en nuestro planeta. En su forma más pura, es una herramienta de supervivencia que ha permitido a todas las especies adaptarse, evolucionar y mantenerse con vida ante los innumerables desafíos del entorno. Sin embargo, en el mundo moderno, este mismo estrés, que en su origen fue vital, puede convertirse en una carga abrumadora, principalmente para la especie humana. Para comprender su impacto y cómo gestionarlo, es necesario primero explorar cómo el cerebro interpreta el estrés y por qué, aunque nos ayuda a sobrevivir, también puede afectarnos de manera negativa.
Teniendo esto claro, podemos ver de qué manera el estrés ha sido un aliado crucial, ya que nos ayuda a enfocarnos, a reaccionar rápidamente y a escapar de situaciones peligrosas. Las primeras civilizaciones, al igual que los animales de la naturaleza, dependían de esta respuesta para preservar la vida en un entorno hostil. Si observamos otras especies, podemos ver cómo este mecanismo de supervivencia sigue siendo fundamental. Aunque algunas especies tienen respuestas diferentes o más directas, todas comparten este instinto básico: la necesidad de reaccionar ante lo que amenaza la vida.


El cerebro humano, aunque ha evolucionado en muchas formas, aún interpreta el estrés de manera similar a como lo hacía en tiempos ancestrales. La clave radica en la percepción de "peligro". Lo que una vez era una amenaza de muerte inmediata, hoy puede ser un proyecto que debe entregarse, una conversación difícil o una expectativa social. En ambos casos, el cerebro activa la misma respuesta.
El Estrés en el Mundo Moderno: ¿Por Qué Nos Afecta Más?
Como mencionamos, el estrés es crucial para nuestra adaptación y supervivencia, pero cuando la presión se mantiene en niveles elevados durante largos periodos, los efectos son perjudiciales.
El estrés crónico, es decir, aquel que es persistente y de larga duración; está relacionado con una serie de problemas de salud, desde trastornos del sueño hasta enfermedades cardíacas y depresivas, algo lógico si pensamos que nuestro sistema nervioso simpático está activo más de lo normal.
¿Por qué, entonces, nos resulta tan difícil gestionarlo, sabiendo lo que implica para nuestra salud?
Parte de la respuesta está en cómo nuestro cerebro interpreta las señales. El estrés activa el sistema límbico, la parte del cerebro encargada de las emociones y la memoria -esta última alcanza su máxima expresión en los seres humanos. En momentos de estrés, este sistema toma el control, y el pensamiento racional (función del córtex prefrontal) se ve desactivado. Esto hace que reaccionemos instintivamente sin dar espacio a un análisis más profundo. Es por eso que, cuando el estrés se convierte en un patrón constante, la capacidad de gestionar nuestras emociones y reacciones disminuye.
Esto fundamental tomar consciencia de que lo que hacemos con nuestros recuerdos y las emociones derivadas de ellos tendrán sí o sí, un impacto en lo que hacemos y en las decisiones que tomamos. Si queremos tomar decisiones que nos lleven al logro de nuestros sueños y objetivos, entonces necesitaremos gestionar el estrés manteniendo



